domingo, 12 de abril de 2015

Vuelve Águila Roja!, o debería llamarse Guadiana Roja?

Se veía venir...

 (vídeo) Vuelve Águila Roja

pero no nos ilusionemos, temo me que apenas veremos el capítulo resumen de hora y media (porque ni dios se acuerda ya de que va la serie), y 1 par de capítulos de vete a saber que temporada se inventan...

y se ve venir...
después de las elecciones nos la volverán a quitar (parón del verano le llaman, como si en este país estuviésemos para mucho viaje), y en septiembre pues igual vuelve, antes de las elecciones catalanas...
(Y volvió! antes de las Generales, y tal y como han anunciado el 3 mayo 2016 que se repiten las elecciones, a continuación anuncian que "vuelve" jajajajaja)

Con tanto desaparecer y reaparecer, en lugar de Águila Roja debería llamarse Guadiana Roja!,
a base de corte de mangas, ya ha perdido +1 millón de audiencia, pero no PPodrán con nosotr@s, aún quedamos + de 4!

Por la coincidencia en fechas, y sabiendo que el capítulo de las "reinonas" de la TVEoPPus, Cuéntame e Isabel, sale igual o más caro, que uno de mi héroe agnóstico rojo,
reitero mi primera opinión  políticamente correcta.
Solo así se comprende lo que están haciendo con la única serie que tenía más audiencia que un partido fútbol r.madrid/barça...

Crónica de una muerte anunciada... ¿Águila Roja o "ellos"?




jueves, 2 de abril de 2015

O muy viles o muy torPPes! La profecía de Marc Vidal

el 3 de abril de 2007, Marc Vidal escribió "El gran saqueo" en su blog:

Al parecer todo el mundo está de acuerdo que los ciclos económicos que   bautizamos ayer como “ciclos de negocios”, son como un certificado que emite un mercado por el que, cada cierto tiempo, las fases financieras sufren un ajuste. En España, la cuestión ya no es si ese ajuste se va a producir o no, puesto que va a tener que hacerse: la cuestión es como y cuando va a suceder.  Las respuestas son: de un modo inminente y con un pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
De un momento a otro, y en contraposición a los números dorados de nuestra economía, todo el sistema productivo apoyado en el sector de patrimonios y de la construcción se va a derrumbar estrepitosamente. En el mismo instante que el paro se reduce, a la vez que la obra privada aumenta su velocidad de crecimiento y en pleno empacho de noticias económicas positivas, se producirá el ajuste anunciado. España viene creciendo enormemente en el último decenio pero tiene un gran déficit comercial y una competitividad exterior muy deteriorada. La mayoría de sociedades de capital riesgo europeas y algunas gestoras de crédito internacionales están decidiendo estos días no destinar tanto dinero a las empresas ibéricas, pues se les supone una solvencia cada vez menor. A medida que esto se generalice y sumada la contracción del sector inmobiliario, la economía española entrará en una inevitable recesión. Algunos analistas aseguran que las recesiones se pueden soportar, incluso las más duras, pues si la demanda interior desciende esta se puede equilibrar con la demanda externa. Tengo malas noticias. Ese equilibrio no se va a poder producir en España. Básicamente porque el sistema de convenios español está almidonado y ha perdido flexibilidad con respecto a nuestros competidores. Tampoco ayudará que el crecimiento de la productividad haya sido miserablemente bajo lo que no permitirá restituir la competitividad. Nuestra industria es incapaz de competir con las de bajo coste provenientes de la Europa central y oriental o de Asia. Por si estas razones pudieran parecer poco evidentes quedan tres más: las grandes inversiones en nuestro país se han realizado en bienes no comercializables (inmuebles), la pérdida de competitividad y el bajo desarrollo tecnológico en términos generales.
En esta Era de la avaricia, el horizonte se nos presenta oscuro. Durante tres o cuatro años pintarán bastos. Los españoles han saqueado su país, cuya realidad económica vive bajo un estado lisérgico permanente. Cuando se acaben los efectos de este tripi gigante la política y sus actores deberán degestionar el enorme chasco. El sueño habrá acabado y el despertar será como una garrafa de agua helada. Ningún político es lo suficientemente suicida como para avisar de lo que se avecina puesto que sería como certificar su derrota electoral. ¿Quién va a votar a alguien que garantiza la mayor crisis económica de los últimos cincuenta años?"
enllaçblog marcvidal

Mañana hará OCHO años!, y much@s, sin ser economistas ni muy de cuentas, intuíamos como él lo que estaba pasando y las consecuencias, Rajoy y el PP no, vivian en Matrix.
La realidad e que no solo no avisaron, mintieron para meterse, unos 20 millones les creyeron, les votaron, y una vez metidos nada de lo prometido,  con la infantil excusa de no saber lo mal que estaba la cosa.
Oye... pues...

¡O muy viles o muy torpes! 

TOD@S