Águila Roja, además de un héroe de capa y espada, es
políticamente más rojillo y está más a la izquierda que sus propias plumas,
defensor de las causas injustas y un libertario, a la par que agnóstico, muy
agnóstico, y como maestro, apologista de la cultura y el conocimiento como
forma de erradicar la sumisión del pueblo.
En la serie, los malos, los impresentables, son los
que tradicionalmente han ostentado (y ostentan) el poder:
-el “comisario”, y sus secuaces, (fuerzas públicas
del orden y poder judicial), violadores, asesinos, corruptos, trata de
blancas..., son una monada!,
-el arzobispo (la iglesia) gran follador y
dejando patente que la carrera papal es una cuestión de poder y pasta, nada que
ver con la Fe, y que por alcanzar esa ambición maquina, asesina, soborna y
chantajea, sin pestañear,
una serie donde las monjas, maquiavélicas asesinas, se
follan al comisario, y el capo de la inquisición es gay-pederasta, y, por
supuesto, también tiene
-Rey (gobierno), con una escala de valores como
poco cuestionable, además de follarse todo quisqui viviente, dejando hijos
bastardos a diestra y siniestra, vende su alma y hasta a su hija
preadolescente, por hacer más grande su reino.
No se crean Uds., que una es tan simple que se
enganchó a la serie solo porque el prota es guapo y menea la catana como nadie
(que también), es una serie de ejecución técnica impecable, con unos actores
excelentes, y que a lo tonto a lo tonto, entre meneo de catana y saltito, ha
expuesto temas delicados como el racismo, la diferencia de clases, la
prostitución, el machismo, el maltrato de género, la libertad de la mujer, la
xenofobia, ..., con una sencillez y una claridad que algunos fragmentos
deberían formar parte de materia pedagógica obligatoria en los colegios.
Y de repente gobierna el PP, y acaba la temporada, y
nos venden falta de presupuesto para continuar, aunque nos consta que capítulos
grabados haberlos hailos, y ante las protestas hasta emite un comunicado: “que no, que no pasa nada, que tienen
contrato y la serie seguirá...”
Pero mira por donde, entre tanto, se cepillan de la
programación la repetición de los anteriores (que digo yo que esos ya están
“requetepagados”), y de la reemisión de más
de 20 capítulos distintos semanales, entre la Tv1HD y el Clan, más el que
hacían nuevo en la Primera (que rompía todos los record de “shares” de
audiencia), han dejado DOS, los fines de semana en el Clan. A cambio, Cuéntame como paso, por ejemplo,
donde se frivolizan las tropelías franquistas, se santiguan todo el día y dios castiga
a los “pecadores” (al menos en los capítulos que yo he pillado), la repiten
hasta en los anuncios (de autopromoción, evidentemente), ¡que cansino el cambio
de barrio de los Alcántara, y que cansino su regresión con las orejas cachas!,
plan moraleja...
Y yo, aún a riesgo de parecer pelín sicótica, mientras
intento auto convencerme que se trata de fomentar otras series menos
populares, sigo preguntándome:
¿casualidad o censura OPUS-PP?
mha, 22-02-2012
Después de 4 meses, como ha llovido bastante, añado a mis
reflexiones lo que representa, en cuanto a la sociedad, la serie, en ella se nos muestra lo que era, pero también
lo que podría volver a ser, con la desaparición de las clases medias, abocados
por la recesión en cuanto a derechos, y el recorte económico salarial, sanitario,
social y educativo, en favor de los más pudientes.
Actualmente Águila Roja ha
desaparecido totalmente, sin bucle y sin ni siquiera continuar emitiendo la
última temporada, casualmente cuando la TVe ha pasado oficialmente a manos del
PP (quizás no estaba yo tan sicótica...)
Es incomprensible que
estando en la ruina, sigan prescindiendo, o eliminen, series y programas que en
estos momentos podría ayudarles a levantar cabeza!
Y lo que no comprendo me
hace pensar... A mis inquietudes por la
censura de una derecha religiosa intolerante, se añaden las de plantearme que también
se está preparando el terreno, que este auto-hundirse no es más que un plan
estructurado, bien para justificar un ERE, realizar una limpieza étnico/política,
y una vez “saneado” de personal, relanzar y justificar la contratación nepótica,
o bien para justificar la privatización del ente, lo cual sería aún más terrible
si cabe.
No hay Gobierno democrático
que más de ocho años dure!, pero si puede dejar secuelas de difícil, o
imposible, retroceso.